La muestra se centra en la civilización mexica y, específicamente, en el arte de Tenochtitlan, su capital imperial

La exposición “Nuestra sangre, nuestro color. La escultura polícroma de Tenochtitlan” en el Museo del Templo Mayor forma parte de una trilogía de eventos culturales dirigidos al gran público para dar a conocer las más recientes investigaciones sobre la importancia del cromatismo en los monumentos de la antigüedad.

La muestra se centra en la civilización mexica y, específicamente, en el arte de Tenochtitlan, su capital imperial. Por tal motivo, se hará énfasis en los monolitos y en las imágenes de menor formato que han sido recuperados en el subsuelo del Centro Histórico de la Ciudad de México.

Nuestra sangre, nuestro color. La escultura polícroma de Tenochtitlan : Poster © Museo Nacional de Antropología / INAH
Nuestra sangre, nuestro color. La escultura polícroma de Tenochtitlan : Poster © Museo Nacional de Antropología / INAH

Por primera ocasión, el visitante podrá ver reunidas 28 obras maestras de la escultura polícroma mexica —cinco de ellas, de grandes dimensiones—, las cuales pertenecen a las ricas colecciones del Museo del Templo Mayor. Se presentarán, además, las réplicas tridimensionales de la diosa Tlaltecuhtli, Coyolxauhqui, un chacmool, un guerrero estelar y dos cabezas de serpiente monumentales.

 

Datos Generales de la Exposición

Sede: Museo del Templo Mayor
Fecha: Del 19 de mayo al 26 de agosto de 2017
Horario: De martes a domingo , 09:00 – 17:00 hrs.
Costo: $70.00 admisión general, Entrada libre menores de 13 años, estudiantes, maestros, personas de la tercera edad, pensionados, jubilados y domingo al público en general

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Para mayores informes, por favor visitar: www.templomayor.inah.gob.mx

 

Fotografías: © Museo del Templo Mayor
Video: © INAH TV YouTube Channel
Información, video y fotografías cortesía de:

Museo del Templo Mayor
Prensa y Medios

Exposiciones Temporales
www.templomayor.inah.gob.mx

Museo del Templo Mayor
El Museo del Templo Mayor abrió sus puertas el 12 de octubre de 1987 y ha recibido, hasta ahora, a más de trece millones de visitantes. Su creación fue consecuencia de las excavaciones arqueológicas realizadas por el Proyecto Templo Mayor en su primera temporada, entre 1978 y 1982, las cuales se hicieron bajo la dirección de Eduardo Matos Moctezuma y permitieron recuperar una colección de más de 7 mil objetos, así como los vestigios del Templo Mayor de Tenochtitlan y de algunos edificios aledaños. Todo ello dio origen a la iniciativa de edificar un museo de sitio para exhibir dicha colección y, al mismo tiempo, complementar la visita de la zona arqueológica.

Este recinto se distribuye en ocho salas, cuatro en su costado sur y otras tantas en su costado norte. El proyecto museográfico original se basa en la distribución misma del Templo Mayor, en el cual se rendía culto a dos divinidades: a Huitzilopochtli, dios solar de la guerra y patrón de los mexicas, cuya capilla se encontraba en el lado sur del edificio, y a Tláloc, dios de la lluvia vinculado de manera directa con la agricultura, cuyo templo ocupaba el lado norte. De esa manera, las cuatro primeras salas están dedicadas a Huitzilopochtli y en un sentido amplio a la guerra, incluyendo los productos obtenidos por los mexicas a través de sus conquistas territoriales, mientras las cuatro últimas tratan sobre Tláloc, la agricultura y la explotación que los mexicas hicieron de los recursos naturales en general.

El lugar principal del vestíbulo lo ocupa, desde el año 2010, el magnífico e impresionante relieve policromado que representa a la diosa de la Tierra, Tlaltecuhtli, la mayor pieza escultórica de factura mexica que se ha encontrado. Su hallazgo tuvo lugar el 2 de octubre de 2006 y puede apreciarse su policromía original gracias a un magnífico trabajo de restauración. Por su parte, en la parte central del segundo nivel del museo se encuentra la otra pieza estelar de este recinto: el gran monolito circular que representa en relieve a la diosa lunar, Coyolxauhqui; su gran importancia obedece no sólo a su magnitud y belleza, sino también porque fue gracias a su hallazgo accidental, ocurrido en la madrugada del 21 de febrero de 1978, que dieron inicio las excavaciones del Proyecto Templo Mayor, cuyo fruto es todo lo que hoy día puede apreciar quien visita este lugar.

El quehacer cotidiano de todo el personal que labora en el Museo del Templo Mayor se encamina a cumplir con los objetivos generales del Instituto Nacional de Antropología e Historia, los cuales son investigar, difundir, conservar y proteger el patrimonio prehispánico y colonial de México. Al mismo tiempo, su colección se ha visto incrementada, gracias a los trabajos que ha venido realizando el Programa de Arqueología Urbana en el perímetro del antiguo recinto sagrado de Tenochtitlan desde 1991, mientras sus aportes al conocimiento de la sociedad mexica han sido constantes y fructíferos, a través de los estudios realizados por el equipo de investigadores del museo www.templomayor.inah.gob.mx.