La arquitectura debe adaptarse a cualquier clima o lugar en el cual se desarrollen las obras, nos resultará imposible ignorar las características climáticas a la hora de emplazar un proyecto en determinado lugar, por lo que es de vital importancia evaluar la región y sus características climáticas. Si queremos que nuestra arquitectura sea considerada como bioclimática, habrá que planear el uso de estrategias adecuadas desde los inicios del proyecto.
Tanto en la selva como en el desierto se nos presentan climas sumamente extremosos, con temperaturas altas en el día y muy bajas en las noches, o húmedas y calurosas todo el día. Por este motivo a lo largo de la historia se han desarrollado distintos métodos y soluciones arquitectónicas para enfriar, calentar, humedecer o deshumedecer el ambiente en el cual se encuentra el proyecto.
Si hablamos de las regiones desérticas es fundamental la utilización de sistemas de refrigeración pasiva y esto lo hemos visto muchísimo en la arquitectura de Hassan Fathy, quien utilizó este tipo de elementos creando reservas de humedad en el subsuelo para con esto enfriar y ventilar la vivienda conduciendo los flujos de aire por dichas reservas, fungiendo como un aire acondicionado que no consume energía. Estos sistemas son necesarios para humidificar el aire y hacer el calor más tolerable.
Podemos observar de igual manera la prioridad que se le da a los espacios internos sobre los externos (fachadas) ya que la vida del usuario se desarrollará casi siempre en el interior, a causa del extremo clima. El motivo de esto es que se acostumbra aislar la cara exterior de la construcción, engrosando los muros en la medida de lo posible para que sólo una parte del calor exterior atraviese la piel del edificio, mientras que la masa interior absorberá el calor generado dentro del edificio, para después por la noche liberarlo cuando la temperatura es más baja.
Los materiales que se suelen utilizar en regiones con clima desértico son el adobe y la paja principalmente. Cabe mencionar que los edificios se proyectan semi-enterrados, para cubrirse del intenso calor del lugar. Se acostumbran los patios centrales interiores, con el fin de incorporar vegetación en los mismos, así como fuentes o algún otro elemento de agua para humidificar el aire que circula por el lugar.
En la arquitectura del desierto se puede observar el uso de techumbres curvas, por ejemplo en países como Marruecos, Egipto o Irak, debido a la geometría de dichos elementos ya sean cúpulas o bóvedas según sea el caso, no permite un calentamiento mayor, debido a que los rayos solares no descienden perpendicularmente sobre toda la superficie, lo que produce una disminución de la temperatura interna.
También se utilizan los “Bagdires”, torres de ventilación dicho de otra manera, gracias a que por su forma el aire caliente como ya es bien sabido tiende a subir debido a la disminución de su densidad con el aumento de la temperatura, además en éstas regiones el viento viene desde el sur, por lo que las torres funcionan como “ventiladores” dejando entrar la mayor cantidad de viento posible a las edificaciones.
Por otro lado tenemos las soluciones arquitectónicas utilizadas en las regiones de la selva tropical, las cuales son totalmente distintas a las utilizadas en el desierto debido a que en este caso el clima es muy húmedo y caluroso por su ubicación cercana al ecuador, presentando lluvias muy constantes.
Las construcciones en estas regiones se encuentran poco asentadas en el terreno, se utilizan más los emplazamientos elevados y en algunos casos muy extremos se colocan sobre palafitos, para dar lugar a una mayor exposición a las brisas y favorecer la circulación del aire. Gracias a esto la humedad en el ambiente interior disminuirá, generando confort higrotérmico.
En cuanto a materiales se refiere, en estas zonas se suele utilizar la madera, arcilla, piedra, arena y en algunos casos el bambú. Si bien son muy diferentes a los materiales utilizados en el desierto, ambas regiones tratan de aprovechar al máximo los materiales propios de la región y generar soluciones en base a estos.
Se agregan a los diseños las cubiertas y fachadas sobrepuestas, con el fin de ayudar a refrigerar mejor el edificio, también se incorporan grandes aberturas para permitir la circulación del aire a una velocidad considerable sin tener obstáculos a su paso.
Los techos comúnmente se proponen inclinados y de altura considerable, para captar la mayor cantidad de iluminación natural posible sin calentar el lugar, y que el aire llegue con facilidad hacia el interior de la vivienda. Se observa el uso de pérgolados, aleros alargados, parasoles, celosías, etc. Todos estos elementos con el fin de proteger las viviendas del sol y las lluvias, pero como ya mencioné anteriormente, sin obstruir el paso del aire y poder así disipar la humedad.
Ambas regiones, buscan crear la mejor sensación posible dentro de los proyectos en la medida de lo posible, considerando el clima no como un obstáculo sino como un aspecto más a tomar en cuenta y buscar una solución. Tanto en la selva como el desierto deberemos buscar aprovechar los materiales de la región y considerar todos los aspectos físicos que rodean al proyecto y de este modo evitar dificultades al momento de habitar la obra arquitectónica.
FUENTES: “Hassan Fathy the book”, Ismail Serageldin, Biblioteca Alexandrina, (2007)
Autores: © Jacqueline Cano y © Daniela Valenzuela
Información y fotografías cortesía de:
Jacqueline Cano
Instituto Tecnológico del Estado de Chihuahua II
www.itchihuahuaii.edu.mx
Daniela Valenzuela
Instituto Tecnológico del Estado de Chihuahua II
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