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Inauguración: Platos y portabilidad de Moisés Zabludovsky

 

  • El Colegio Nacional inauguró la exposición Platos y portabilidad del pintor y escultor Moisés Zabludovsky
  • Moisés Zabludovsky es un maestro de la ironía: Juan Villoro

El pasado jueves 26 de abril se llevó a cabo en El Colegio Nacional (ECN) la inauguración “Platos y portabilidad”, una exposición del artista Moisés Zabludovsky 

Moisés Zabludovsky nació en la Ciudad de México el 24 de septiembre de 1959. Estudió en el taller de pintura infantil de la maestra Silvia H. González y, posteriormente, diseño gráfico en la Universidad Autónoma Metropolitana, concluyendo la carrera en 1982 en Parsons School of Design, Nueva York.

Moisés Zabludovsky © El Colegio Nacional

En 1978 recibió una mención honorífica en la Primera Bienal Iberoamericana de Pintura, donde formaban parte del jurado Carlos Mérida y Rufino Tamayo. Creció en el entorno de la Galería Mer Kup, dirigida por su abuela materna Merl de Kuper, en donde presentó su obra en varias exposiciones colectivas y en tres individuales (1979, 1981 y 1985).

En dos edificios de la autoría arquitectónica de su padre, Abraham Zabludovsky (1924-2003), hay obra suya: el mural en mosaico bizantino “El Aplauso”, en el Auditorio del Estado de Guanajuato (1990); y la escultura “La Caravana”, en el Poliforum, Auditorio y Centro de Convenciones en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (1993).

Formó parte de la generación la Década Emergente, cuyos integrantes constituyeron las exposiciones que llevaron dicho nombre en el Museo Universitario del Chopo, en 1984 y 1994, esta última titulada Una década emergente, una década después. Asimismo, participó en el Salón dès Aztecs, espacio alternativo reconocido en el arte mexicano durante el cambio de siglo.

En los años 90 se adentró en la escultura; hacia el año 2000, en la cerámica y en una disciplina que emana, de alguna forma, de esta última: el arte objeto. Ahí encontró, a través de la Conferencia Heterogénea sobre Objetos Utilitarios (CHOU), la fórmula para compartir dicha obra con el público, dando inicio a estas sesiones en el 2002 en el Museo de Arte Moderno y, en ese mismo año, en los Estados Unidos.

Ha expuesto en el Museo Tamayo (2004), el Museo de Arte Experimental El Eco (2007), el Centro Nacional de las Artes (2011) y en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (2016). Han escrito sobre su obra las críticas de arte Rita Eder y Raquel Tibol, y los escritores AlÍ Chumacero y Salvador Elizondo.

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La muestra, iniciativa del colegiado Juan Villoro, ha sido curada por el propio Zabludovsky e incluye, entre otras, las obras “Maleta mundo bomba” y “Son Jarocho Portátil”, artefactos que, en su calidad de portátiles, desafían con humor e ironía las nociones de conceptos como el arte y el terrorismo.

También están presentes sus famosos platos con mensajes irreverentes, que el mismo Villoro en su texto para el programa define como “platos que son cuadros, comentarios sociales, retratos circulares, espejos de los real, redondas utopías”. Entre los temas que el artista plasma en tan peculiar soporte se mezclan la crítica social -“Plato Ajuste de Cuentas”, “Plato Ayotzinapa”-, con el homenaje -“Plato Centro Egocéntrico: Mi foto con Rufino Tamayo”, “Plato Barragán Goeritz”- y la autoreferencia -“Autorreplato”, “Plato La casa de mi adolescencia, mi casa hoy”- con fluidez y versatilidad, dando cuenta del sentido del humor y el compromiso con la actualidad de Zabludovsky. En palabras del mismo Villoro, “Moisés Zabludovksky es un maestro de la ironía”.

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En la presente exposición se suman los platos que el artista ha realizado para la ocasión con retratos de algunos integrantes de El Colegio Nacional como el mismo Juan Villoro, Octavio Paz, Enrique Krauze, Mario Lavista y Pablo Rudomín, entre otros.

Durante el acto se agasajó a los asistentes con unos tacos de canasta servidos en una pieza de Zabludovsky (El enceste. Portabilidad taquera. Homenaje a Abel Quezada), consistente en la tradicional bicicleta a la que el artista añadió una canasta de baloncesto, dando pie a la interacción lúdica y reflexiva del público con la obra.

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El plato fuerte de Moisés Zabludovsky (extracto)

 Juan Villoro

… Moisés Zabludovsky ha creado una vajilla singular: platos que son cuadros, comentarios sociales, retratos circulares, espejos de lo real, redondas utopías. Cada pieza consta de cubiertos para que el espectador no olvide su papel, tan activo como el del invitado que ataca un muslo de pollo.

La trayectoria de este peculiar inventor de enseres se ha beneficiado de dos recursos decisivos: el sentido del humor y la percepción de la actualidad. Ambos cristalizan en esta serie excepcional donde el arte pacta con la caricatura y el cartón político. Estos espejos cóncavos de nuestra feria cotidiana provienen de una larga tradición, donde la fisiología del gusto sirve de base para diseñar utopías sociales y artísticas.

En manos de Zabludovsky, la cerámica adquiere variadas funciones. Puede ser el soporte de un guiso humeante, un coleccionable objeto de contemplación o las dos cosas a la vez, haciendo de la cocina un arte efímero que deja al descubierto otro duradero.

En un país donde nadie quiere pagar los platos rotos, Moisés Zabludovsky es un maestro de la ironía. Denle un problema, un rostro, un paisaje o una noticia y les dará un plato fuerte.

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La muestra Platos y portabilidad, de Moisés Zabludovsky, estará expuesta en el Deambulatorio de El Colegio Nacional hasta el 25 de junio del presente año y el acceso es gratuito, como el resto de actividades que ofrece la institución como parte de su misión en la preservación y la difusión del arte y la cultura.

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